Divagaciones (demasiadas)
No me gusta la labor del crítico de música, cine y literatura porque me parece una objetivización deliberada de una opinión personal. Pero sobre todo, porque la asocio con la postura arrogante de alguien que habla con absoluta propiedad de algo que no es suyo. Una cosa es decir me gustó tal libro o película o disco por tales y cuales razones, y otra muy diferente, atribuirse el título de «crítico» y expresar una opinión personal como si fuera una verdad única.
Por más que digan que el arte es de quien lo aprecia y la música de quien la siente, creo que el único dueño del sentido y razón de ser de una obra de arte (pintura, canción, película, libro) es su autor. Lo demás son divagaciones, que bien pueden ser constructivas, vacías, interesantes, aburridas y qué sé yo qué más; igual no son sino divagaciones.
Me dirán pero es que el diálogo no existe si no existen opiniones. Cierto, tienen razón, el diálogo es constructivo (eso dicen) pero es que el problema no son las opiniones, son los críticos que las convierten en verdades.
Uno puede debatir con un crítico de arte por algunos minutos antes de querer pegarse un tiro de la aburrición de la misma manera como puede discutir con un cura sobre el derecho a adoptar de una pareja homosexual. Difícilmente se va a llegar a algún lado en ningún caso, porque en ambos casos se tiene enfrente a un autoproclamado «experto» que, querámoslo o no, tiene la verdad de su lado. Punto. ¿Para qué discutir? Ya sé, ya sé: para estimular el diálogo. Porque el diálogo es constructivo y todo eso.
En fin, todo esto (demasiado, ahora que me doy cuenta) para decir que el último disco de Radiohead, The King of Limbs, que tanta expectativa me causó cuando fue anunciado en la página de la banda ocho días antes de su lanzamiento, no me ha gustado. Y no sé bien por qué. De hecho, la primera vez que lo escuché me movió el piso por un momento, tal vez por su producción, que es impresionante, o por la estructura de las canciones, que es totalmente impredecible (esas cosas me gustan). Pero hoy, después de escucharlo varias veces más, no estoy logrando disfrutarlo.
Tal vez me guste después. El Kid A me tomó meses aceptarlo y el Amnesiac, años. Y si no me llega a gustar nunca podré decir, con aire de importancia, que el último disco bueno de Radiohead se llama In Rainbows. Escribiré un depurado artículo al respecto y lo propondré a una revista especializada de música. Me haré famoso y ganaré millones.
De cualquier manera y para no dar más vueltas, el primer sencillo de The King of Limbs se llama Lotus Flower y éste es su «Detrás de cámaras». Está bueno, para el que lo quiera ver:
Vea aquí el video original de Lotus Flower.
Imagen:
Casey MacKee, Hypocrite (2009)
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