¡Ex! Plíquese

¡La indignación! Es algo natural, ya se ha dicho tantas veces. Pero supongamos que, a manera de escape de esta danza de sombras rosadas, me empeño en explicar por qué ya no me importa explicar la monotonía, ni sus consecuencias ni sus orígenes. Puede que nadie exija explicaciones, pero hoy ―supongamos― necesito saber por qué. ¿Por qué? ¿Por qué explicar que nada quiero explicar? Debo encontrar una explicación.

¡Usted! Sabe que hay días, como hoy, en los que más vale la burla que el misterio, más vale la parodia que sus efectos y defectos, más vale matar la traba que todo querer (¿morder?) explicarlo. ¿Cuántos asnos cocainómanos de barba y túnica blanca ha visto acaso?

¡Y! Por eso me pregunto: ¿qué es lo que me hace seguir aquí, con mis orejas peludas, mis fosas nasales como cráteres del infierno, mis ojos de sesos de mico en tazones de plata, mis cachetes como almohadas viejas y roídas, mi cuerpo de molusco semihumano con lobotomía frontal, cuello de poste de luz caído, costado de araña aplastada contra el suelo, pecho de náufrago incinerado y piernas como escobas podridas por la humedad y la quietud de miles y miles de días buscando el porqué, por qué, por qué he nacido escoba y no piojero, por qué la vaca anorgásmica, por qué la mente del pensador está en llamas pero su cuerpo, su cuerpo, su cuerpo es inepto en la acción y libre de toda condena, y por qué, por qué, por qué el payaso deshuesado quiere explicar que nada explica y que nada explicar quiere?

¡Pero! El punto no es explicar por qué no explicarlo, ni explicar esto tampoco, ni escupir sobre este afán de explicar o dejar de explicarlo todo. ¿Cuál es entonces? Debo saberlo, debo explicar esta compulsión por la estupidez y el intelecto, que son lo mismo. Todo es lo mismo: quizás se trate de ganar tiempo antes de sucumbir en la inercia o de perder tiempo antes de hundirse en esa lucidez enfermiza que todo quiere saberlo. Todo.

Ése sería usted: aun cuando no pueda explicarlo todo, aun cuando no afloren razones de sus pezones, yo sé que usted, de todas maneras y a todas banderas, todo lo sabe y todo lo sabe.

Pero yo no. Yo no he caído en esa lucidez escalofriante mi querido elefante.

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Imágenes:
Julien Chaves

Comments
7 Responses to “¡Ex! Plíquese”
  1. Boris Wolkow dice:

    explíquese! que se escoge primero, el arte o el texto?

  2. fedayin dice:

    ¿?¿? ex-pliquese…otra vez ;)

    Estoy bromeando. La verdad me encanta como plasma sus pensamientos, el lenguaje que usa

    Well done!!!

  3. ¡Todo, es lo mismo!

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